DERRY CITY Y LAS SECUELAS DE UN CONFLICTO

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“En el taxi, en el teléfono, en los bares, en partidos de fútbol, en casa con los amigos, en cualquier lugar. Digas lo que digas, no digas nada.” Una frase que aún resuena en las calles de Derry y que definió a toda una generación. El 10 de abril de 2023 se cumplieron veinticinco años de los acuerdos de paz que pusieron fin a treinta años de inestabilidad, terrorismo y sangre.

Aquel 1998 cerraba una página oscura en la historia de Irlanda, pero también abría otra, marcada por una normalidad aparente llena de incertidumbre y desconfianza entre dos comunidades segregadas. Así se vive aún en Derry.

Quedan vestigios de una ciudad dividida, golpeada por las disputas entre dos comunidades. Hoy, maquillada por los coloridos murales que buscan sanar las cicatrices, Derry sigue llevando la huella del conflicto. El fútbol, sin embargo, continúa siendo un escollo que revela sutilmente la magnitud de un conflicto que marcó a una de las ciudades más emblemáticas de Irlanda del Norte.

Once años después de la creación del Derry Celtic, en 1913, la ciudad norirlandesa quedó sin representación oficial en el fútbol. En ese entonces, la isla de Irlanda formaba parte del territorio británico, pero una revolución estaba en el horizonte. En plena Primera Guerra Mundial, el nacionalismo irlandés, especialmente en el sur, se alzó contra el gobierno británico en una rebelión independentista conocida como el Alzamiento de Pascua de 1916.

La dura respuesta de Londres agudizó el sentimiento nacionalista de gran parte de la población, lo que desembocó en una Guerra Civil y la posterior división de la isla. Nació la República de Irlanda, mientras que el norte permaneció leal a los británicos. Aunque la solución puso fin al conflicto, las ideologías enfrentadas se mantuvieron. En el fútbol, surgieron dos nuevas competiciones: una para el sur y otra para el norte. Así, tras años sin fútbol en la ciudad, nació el Derry City en 1928.

A nivel deportivo, el Derry City fue escalando poco a poco, compitiendo en la liga nacional y ganando copas locales. Fueron 40 años de crecimiento, sin incidentes mayores, forjando las primeras leyendas del club, incluyendo su primer título de liga en 1964, el mismo año en que debutaron en competiciones europeas. Fue una progresión lenta pero constante, que permitió a la ciudad convertirse en la principal rival de los clubes de la capital. Sin embargo, en 1968, todo cambió.

¿Qué ocurrió entonces? En el sur, la isla era mayoritariamente católica. En el norte, como en el resto de la corona británica, la mayoría era protestante. Estas diferencias religiosas se reflejaban también en la política. Los católicos, a favor de la independencia, eran republicanos y nacionalistas. Los protestantes, fieles a Gran Bretaña, eran unionistas o lealistas.

La independencia y la creación de la República de Irlanda dividieron a las comunidades, pero en el norte, pequeñas minorías católicas seguían viviendo en ciudades como Derry. Situada en la frontera entre ambos territorios, la ciudad obligaba a los católicos a vivir en barrios segregados, alimentando un creciente sentimiento de discriminación. Los católicos, además, se veían excluidos de cargos políticos y recibían salarios inferiores a los de los protestantes.

En pleno auge del movimiento por los derechos civiles encabezado por Martin Luther King en Estados Unidos, Derry fue testigo del estallido de lo que más tarde se conocería como ‘The Troubles’. En octubre de 1968, la minoría católica organizó una marcha pacífica en defensa de sus derechos civiles, pero la respuesta violenta de las autoridades desató disturbios, dejando las primeras víctimas mortales y llevando a la ocupación británica de la isla. Derry se convirtió en el epicentro del conflicto, mientras que Belfast también sufrió violencia. Como resultado, se construyeron los famosos ‘muros de la paz’, que materializaban la división ideológica entre las comunidades. Sin embargo, lejos de calmar las tensiones, estos muros profundizaron las disputas, transformando lo que comenzó como un conflicto religioso en una lucha política y, sobre todo, nacionalista.

La inestabilidad que sacudía a Derry tuvo graves consecuencias para su equipo de fútbol. Por razones de seguridad, los clubes de Belfast se negaron a visitar el estadio de The Brandywell, y la federación norirlandesa propuso que los partidos se jugaran en Coleraine, a 45 kilómetros de distancia. Esto resultó insostenible para el club, que llegó a disputar sus encuentros como local en un campo visitante. Los aficionados de Derry se veían imposibilitados de acudir al estadio, las carreteras estaban controladas por paramilitares y, económicamente, la situación era insostenible.

La directiva del Derry City intentó negociar con una federación inflexible, respaldada por el resto de los clubes. La seguridad era el principal factor para alcanzar un acuerdo, pero no se contemplaba la posibilidad de regresar a The Brandywell. La moción se sometió a votación entre los clubes de la liga, pero fue rechazada, especialmente por los equipos de Belfast. Como resultado, el Derry City no tuvo más opción que retirarse de la liga y descender a las categorías inferiores.

El Ejército Republicano Irlandés (IRA) se enfrentaba tanto a las facciones paramilitares protestantes como al ejército británico, mientras Irlanda del Norte seguía sumida en el conflicto. En 1972, la tensión alcanzó su punto máximo, y, una vez más, Derry se convirtió en el epicentro. El 31 de enero, unos 15.000 manifestantes se reunieron para protestar contra la ocupación militar británica, pero la respuesta de los soldados fue brutal: catorce personas murieron durante la represión. Este evento, conocido como el ‘Domingo Sangriento’, marcó un punto de no retorno. La violencia no cesó, y durante los siguientes veinte años, los atentados siguieron siendo parte de la guerra sucia que no entendía fronteras. En 1984, uno de esos atentados estuvo a punto de acabar con la vida de la entonces primera ministra Margaret Thatcher, quien, milagrosamente, salió ilesa.

La guerra prolongada del IRA recibió apoyo de la Libia de Muamar el Gadafi, quien, en su enemistad con la ministra británica, proporcionó recursos y respaldo. Además, el IRA contaba con su brazo político, el Sinn Féin, que sigue siendo relevante en el parlamento irlandés. A lo largo de los años, las huelgas de hambre de los nacionalistas se intensificaron. Figuras como Bobby Sands, recordado con un mural emblemático en Belfast, se convirtieron en mártires. Este fenómeno fortaleció al Sinn Féin, consolidándolo como el principal partido en la isla.

En medio del conflicto, Derry apeló al fútbol irlandés para mantener vivo su club, disputando amistosos con equipos de Dublín como Shamrock Rovers y Bohemian FC. Impulsados por la creciente esperanza en la ciudad, surgió la idea de ingresar a la Liga de Irlanda. El apoyo del pueblo católico y la consulta favorable de la UEFA permitieron que, en 1985, el Derry City se uniera a la liga irlandesa. Así, regresó al fútbol profesional catorce años después del conflicto que casi acaba con él.

En la temporada 1988/89, tres años después de su regreso al fútbol profesional, el Derry City conquistó su primera liga. Un hito histórico que les permitió debutar en la Copa de Europa, un terreno desconocido hasta entonces. Mientras tanto, el IRA continuaba con su lucha armada, y el Sinn Féin, liderado por Gerry Adams, avanzaba en busca de una resolución al conflicto. Aunque aún faltaban diez años para la paz, los múltiples altos el fuego y las negociaciones más cercanas a su fin hicieron que los grupos terroristas perdieran fuerza. Finalmente, en 1998, los ‘Acuerdos de Viernes Santo’ pusieron fin a tres décadas de violencia, abriendo el camino a un largo proceso político hacia la paz.

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El Derry City ha tenido una rica historia goleadora, marcada por momentos inolvidables. El primer goleador en la historia del club fue Peter Burke, quien anotó contra el Glentoran el 22 de agosto de 1929. Solo dos días después, el 24 de agosto, Sammy Curran se llevó el honor de marcar el primer hat-trick del club. Ocurrió en un partido increíble contra el Portadown FC, en el que el Derry remontó un 5-1 solo para perder 6-5 con un gol en los últimos minutos.

El máximo goleador de todos los tiempos es Jimmy Kelly, quien dejó una huella imborrable con ¡363 goles! a lo largo de más de 20 años en el club (entre 1930 y principios de 1951). Ya en tiempos más recientes, Barry McCreadie se convirtió en el primer goleador del Derry City en la Liga de Irlanda. Lo hizo durante una victoria en casa por 3-1 contra Home Farm el 8 de septiembre de 1985.

✍️ Gorka Urresola

💻 Juani Guillem

🗓️ (30/08/2023)

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